Free-lance curator/director based in Madrid, Spain, working either in public and private spaces since 1987
Alicia Chillida/Miguel Ángel Mendo
Mirar es ver. Ikebanas, Haikus
- Autores: Alicia Chillida y Miguel Ángel Mendo
- Ikebanas y fotografía: Alicia Chillida
- Haikus: Miguel Ángel Mendo
- Editor Tono Areán, Dosparedesy1puente, Madrid
- Maquetación: Rocío Areán
- Diseño gráfico: Ena Cardenal de la Nuez
Epílogo incierto. Detrás del libro, otro libro. Tono Areán
Sábado 6 de abril de 1996:
Una vez por semana me las encuentro en una calle en cuesta. Me las llevo a casa y las miro vivir. Aparentemente son flores. Aparentemente. Las cosas nunca son sólo cosas. Estas por ejemplo, unos tulipanes, hacen que en la casa resuene una nota alegre, fraterna. Los libros que no puedo resistirme a abrir son menos generosos. Los libros no saben, como los tulipanes, morir y nacer de nuevo y finalmente morir sin más. Lo que ayuda es lo pasajero. Lo que aspira a lo eterno no resulta de ningún consuelo.
Christian Bobin. «Autorretrato con radiador»
Tu aspecto siempre se aplica al papel: pues meditar, sin huellas, se vuelve evanescente, por más que se exalte el instinto en algún gesto vehemente y perdido que buscarte.
Escribir—
Stéphane Mallarmé. «El libro»
En el número 3 de la calle Benigno Soto de Madrid, mientras acaba un extraño año 2021, sobre un muro de ladrillo visto, aprovechando el tendel y la llaga de su aparejo, Alicia Chillida y Miguel Ángel Mendo clavan delicadamente sobre esos intersticios las imágenes y las palabras que el lector tiene ahora entre sus manos en forma de libro.
¿En este momento está ya presente este libro? Las cosas nunca son sólo cosas. Está el libro, pero no está el libro. La instalación conforma un espacio, lo determina y lo modifica. Es un crecimiento orgánico, hay que pasear para ver poco a poco esas naturalezas muertas acompañadas de palabras. La totalidad también es importante, se abarca en una sola mirada: la hoja es el árbol. El tiempo es el espacio. Mirar es ver.
Las hojas del libro en el espacio, las del muro de ladrillo, clavadas por Alicia y Miguel Ángel, comparten en un mismo lugar los ikebanas de una y los haikus del otro, es casi obligado, la superficie de «exposición», la totalidad del espacio, determina esta decisión. Las hojas de este árbol orgánico se juntan ahora en el libro que el lector puede llevarse consigo; ya no es necesario pasear entre las hojas del mismo, ahora éstas acompañan al lector. Y lo hacen de manera individualizada, las imágenes y los poemas cobran independencia. Las primeras se alojan en las páginas impares, las de la derecha, y se hacen acompañar por los poemas en su página par, las de la izquierda. De esta manera lo que antes compartía un único lugar, ofrece ahora una lectura por separado, pero en paralelo, cada cosa en su sitio, pero en íntima relación.
Espero que, como los tulipanes, este libro sepa morir y nacer de nuevo, así, una vez tras otra, con cada lectura. Y que sirva de consuelo a quien lo haga suyo.
Feliz lectura.
Salud y alegría
T