Rachel Whiteread

Rachel Whiteread. Alicia Chillida

Rachel Whiteread (Londres, 1963), artista galardonada con el Turner Price en 1993, se considera una figura clave en la escultura británica contemporánea. La exposición de carácter retrospectivo presenta, por primera vez en España, unas 25 obras procedentes de Europa y América, que ofrecen una idea global del trabajo de Whiteread.

Las esculturas de Whiteread están basadas en series de confrontaciones: público/privado, sólido/efímero, copia/original. Su trabajo es un intento de que estas diferencias jueguen y se relacionen unas con otras, de ningún modo hay un intento por resolverlas. Stuart Morgan define así en el catálogo la obra de la artista: “El diálogo vivo que se origina entre una pieza y otra, así como el constante proceso de su vocabulario y de puesta en duda del significado de su escultura, son características de su obra, mundana y reflexiva en igual medida”.

Lo esencial en el trabajo de Whiteread, y así se pone de manifiesto en la muestra, es el vaciado. Pero como dice Batomeu Marí, Whiteread no hace un vaciado de los objetos sino del espacio que estos ocupan, “del espacio en su interior o del espacio que dejan atrás como un rastro; de todo aquello en que la materia sustituye al vacío”. Las esculturas que realiza la artista, vaciadas en escayola, hormigón, resina o caucho, son de distintas características y tamaños. Los motivos utilizados pasan del vaciado de los espacios que ocupan los objetos cotidianos, al intento de plasmar lo invisible de la arquitectura.

Una casa, un suelo, una bañera, un fregadero, una cama, un colchón se convierten en la base para un conjunto de mecanismos mentales que se pueden definir como “rematerialización”, a través del vaciado. Cuando Whiteread vacía espacios familiares, una bañera o el espacio que hay debajo de una cama —un tema favorito de los niños que parecen obligados a representar una y otra vez el mito de su entrada en el mundo— existe una fuerte sensación de interrelación entre las esculturas por separado, así como un vocabulario físico: esconder, proteger, yacer… una relación constante con el cuerpo humano.

La exposición producida por MNCARS para el Palacio de Velázquez, examina a través de un total de 22 obras estas relaciones en el curso de la visión de las diferentes series del trabajo de Whiteread desde 1988.

La instalación está centrada en dos piezas mayores de la artista. Desde la entrada del Palacio, el espectador se ve confrontado con One Hundred Spaces, (Cien espacios), 1995, un trabajo que consiste en 100 bloques de resina distribuidos en un espacio rectangular. Ghost (Espectro), 1990; en ella la masa de escayola, una vez extraída de su matriz, reconstruye, en negativo, todos los elementos de la superficie interior de la habitación con las protuberancias e irregularidades que se desvelan en la superficie visible del objeto. Tanto One Hundred Spaces como Ghost son obras cruciales en la producción de Rachel Whiteread en su relación con la domesticidad y la arquitectura.

Un grupo de obra documental es exhibido en tres espacios que incluyen fotografías y vídeos a propósito del proyecto público que realizó en 1993, House, (Casa): las vicisitudes del vaciado de una casa de estilo victoriano de Londres, la posterior demolición y los debates que surgieron en torno al proyecto, queda ampliamente documentado en las salas.