Free-lance curator/director based in Madrid, Spain, working either in public and private spaces since 1987
Julião Sarmento: Flashback
- Comisario: James Lingwood
- Dirección del proyecto MNCARS: Alicia Chillida
- Coordinación: Elena Fernández Manrique
- Montaje: Marcos Corrales, arquitecto
- Lugar: Palacio de Velázquez, MNCARS, Madrid, 1999-2000




Julião Sarmento. Flashback. Alicia Chillida
Flashback comienza del mismo modo que concluye: una película super 8 en color que muestra las piernas y el torso de una mujer caminando por una calle. Se corresponde con otra proyección idéntica en blanco y negro. La cámara sigue a la mujer de lejos y de cerca. El andar es ininterrumpido. Esta imagen obsesiva nunca se resuelve, el desenlace y el clímax se retienen. La experiencia continúa indefinidamente. Esto ocurre de nuevo en otra película: Faces / Rostros, de 1976, un bucle que se repite una y otra vez.
La exposición ha sido concebida como una retrospectiva que evita una lectura lineal y cronológica, y utiliza la estructura cinematográfica para analizar y articular las obsesiones y motivaciones sobre los que gira la obra de Julião Sarmento -la memoria y el deseo- a través de 116 piezas en distintos soportes, pintura sobre lienzo, dibujos, cine, vídeo y diapositivas. Para esta ocasión se ha producido la obra Flashback, fruto de una colaboración entre Sarmento y el músico Arto Lindsay, un tipo fragmentario de autobiografía con diapositivas que proceden del archivo del artista. Las imágenes del presente son memoria de un pasado. No hay cronología, ni narrativa, ni lógica aparente, solamente vistazos, sugerencias, instantáneas.
Una selección de la obra de Sarmento se pudo contemplar en 1997 en el Palacio de Velázquez, en la muestra colectiva En la piel del toro, comisariada por Aurora García, donde se planteaba una reflexión acerca de la situación paralela de apertura y energía creativa que se desarrolló en España y Portugal a finales de los años setenta. El lenguaje plástico de Sarmento ha ido evolucionando en su desarrollo formal, manteniéndose fiel a esas primitivas pulsiones que mueven sus preocupaciones artísticas más íntimas: la seducción, el sexo y la violencia latente.
Ante sus obras el espectador se ve confrontado con un momento inconcreto y congelado en tiempo real, en el que la acción puede haber ocurrido ya, o está a punto de ocurrir, o está ocurriendo justo delante de nuestros ojos, que miran como testigos sorprendidos en el acto de mirar.
Las salas de las Pinturas blancas de los años noventa están iluminadas por flashbacks de constelaciones menores de obras, o de obras individuales de mitad de los setenta y ochenta: obras fotográficas, instalaciones de fotografía, películas y collages.
“Lo que hago hoy es parte de lo que hice ayer y de lo que hice hace veinte años y de lo que haré mañana. Para mí es como una arqueología del pensamiento, incluso ahora cuando estoy trabajando, pienso en obras de hace veinte años que por una razón u otra vienen a mi mente”. El uso que hace Sarmento de una analogía con la arqueología es esclarecedor. Del mismo modo que no hay una tabula rasa para el arqueólogo, tampoco hay un lienzo blanco para Sarmento: éste se halla impreso de experiencia y memoria.
Flashback traza una cartografía compulsiva del deseo -un mapa que podemos sentir, pero nunca comprender totalmente, un viaje que, como la exposición misma, estamos destinados a nunca terminar.
A Julião Sarmento. Alicia Chillida
“Un cuerpo desciende de las manos de la noche.
Persecución entre los árboles,
el cuerpo brilla en la maleza, la carne caliente,
la figura escapa al encuadre, no hay nadie que la persiga,
la mano que sostenía el arma, ha desaparecido.
El terror es del color del silencio.
Noches blancas. Cuerpos blancos. Sexo y lengua blancos.
Los ojos y el tacto descubren un cuerpo,
antes sucesión inconexa de visiones y sensaciones instantáneas,
percepciones destruídas apenas formadas.
Un cuerpo desaparecido en su cuerpo que
había hecho desaparecer el suyo:
percepción que es dispersión
percepción del desvanecimiento al desvanecerse,
por el camino de las disoluciones rehace las formas
hasta que se manifiesta de nuevo en un cuerpo:
ese cuerpo que miran sus ojos”. (…)
(Extractos del catálogo, ed. MNCARS, Madrid, 1999).