Free-lance curator/director based in Madrid, Spain, working either in public and private spaces since 1987
Eztetyka del sueño
- Comisariado: Carlos Basualdo, Octavio Zaya
- Artistas: Arthur Barrio, Luis Camnitzer, Gonzalo Díaz, Víctor Grippo, José Antonio Hernández-Diez, Juan Fernando Herrán, María Teresa Hincapié, Cildo Meireles: A través, Palacio de Cristal , Glauber Rocha, Doris Salcedo, Tunga (Antônio José de Barros de Carvalho), Meyer Vaisman
- Dirección de proyecto MNCARS: Alicia Chillida
- Coordinación: Javier Hontoria, Javier Mejía
- Montaje: Casariego, Carvajal, Reznak, arquitectos
- Lugar: Palacio de Velázquez, Palacio de Cristal: Cildo Meireles instalación A través, (1983-1989), MNCARS, Madrid, 2001
- Elemento de lista
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Prólogo a un monumento precario. Carlos Basualdo y Octavio Zaya
Hace más de dos años, el Museo Reina Sofía convocó a un grupo de comisarios para invitarnos a diseñar el proyecto de una exposición destinada a mapear el extenso territorio del arte producido en América Latina en el siglo veinte. (…)
Eztétyka del sueño es el título del segundo manifiesto del cineasta brasileño Glauber Rocha, uno de los miembros fundadores de lo que se dio en llamar Cinema Novo en Brasil. El manifiesto fue redactado en 1971, para ser presentado ante los alumnos de la Universidad de Columbia de Nueva York.
Al igual que el manifiesto anterior de Rocha Eztétyka del hambre, este segundo texto vuelve a plantear la relación entre arte y revolución a partir de un análisis sutil de las relaciones entre lo político, lo personal y lo mítico. (…) Rocha expresa en su texto una profunda desconfianza hacia la razón instrumental, formulando la necesidad de concebir un pensamiento capaz de integrar en su positividad a lo que vulgarmente se conoce como irracionalismo. En su texto Rocha afirma, entre otras cosas, que el verdadero enemigo del arte revolucionario es la razón cartesiana y por lo tanto su objetivo será trascenderla hacia el espacio de lo onírico. “El arte revolucionario debe ser una magia capaz de hechizar al hombre hasta tal punto que éste ya no soporte vivir en esta realidad absurda”. (…)
Rocha encarnó como pocos el ideario que esta exposición pretende homenajear: fue a un tiempo artista de vanguardia, activista político, ardoroso defensor de la integración del subconsciente, y , sobre todo, un visionario para el cual no existían fronteras entre arte y política, entre el terreno público y su vida privada, entre su país y su persona. (…)
Se escogió el relato de otro de sus protagonistas, a modo de hilo conductor: Enrique Dussel, el filósofo argentino integrante del grupo de intelectuales que formularon la Teoría de la Liberación a finales de los años setenta, quizás uno de los más poderosos movimientos filosóficos producidos en el subcontinente en todo el siglo. La Teoría de la Liberación surgió en el contexto de una lectura materialista y existencial del Nuevo Testamento. Enunciada por un grupo de pensadores de varios de los países del subcontinente, venía a cristalizar en parte las aspiraciones intelectuales de muchos de sus productores culturales más progresistas. Su original escatología materialista, sus resonancias místicas y su anclaje existencial resultaron increíblemente seductores y estimulantes para toda una generación de artistas y pensadores. (…)
Si una exposición de arte pudiese ser considerada una suerte de monumento precario, quisiéramos pensar que la “Eztétyca del sueño” es nuestro sucinto homenaje a esa generación que concibió la política en términos estéticos y la estética en términos existenciales. (…)
Eztétyka del Sueño, Manifiesto. Glauber Rocha
(…) Las raíces indias y negras del pueblo latinoamericano deben comprenderse como la única fuerza desarrollada de este continente. Nuestras clases medias y burguesas son caricaturas decadentes de las sociedades colonizadoras.
La cultura popular será siempre una manifestación relativa cuando no tan sólo inspiradora de un arte creado por artistas aún sofocados por la razón burguesa.
La cultura popular no es lo que se llama técnicamente folclore, sino el lenguaje popular en permanente rebelión histórica.
El encuentro de los revolucionarios desligados de la razón burguesa con las estructuras más significativas de esta cultura popular será siempre la primera configuración de un nuevo signo revolucionario.
El sueño es el único derecho que no se puede prohibir. (…)
Borges, superando esta realidad, escribió las más liberadoras irrealidades de nuestro tiempo. Su estética es la del sueño. Para mí se trata de una iluminación espiritual que contribuyó a dilatar mi sensibilidad afro-india en la dirección de los mitos originarios de mi raza. Esta raza, pobre y aparentemente sin destino, elabora en la mística su momento de libertad. Los dioses afro-indios negarán la mística colonizadora del catolicismo, que es hechicería de la represión y de la redención moral de los ricos.
No justifico, ni explico mi sueño porque nace de una intimidad cada vez mayor con el tema de mis películas, el sentido natural de mi vida”.
(Extractos del catálogo, ed. MNCARS, Madrid, 2001).