Cindy Sherman

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Cindy Sherman. Alicia Chillida

Cindy Sherman nace en Glen Ridge, Nueva Jersey (Estados Unidos). Tras licenciarse en Arte por la State Univeristy College de Búfalo, traslada su residencia a Nueva York donde vive y trabaja desde 1974. La obra fotográfica de Sherman hace estallar una cadena de asociaciones de ideas; las fotografías se “leen” como los diferentes elementos en la trama de un argumento. La repugnante, obscena y horrible naturaleza de las últimas series, confronta al espectador con sus propios miedos y traumas.

Durante la presentación de la serie completa Film Stills, por parte del MOMA de Nueva York, el director del Dpto. de Fotografía, Peter Galassi declaró: “El modo en el que las imágenes hablan unas con otras convierten a la totalidad de la obra en algo muy superior a la suma de las fotos individuales”. Esta reflexión se puede aplicar no solo a los Film Stills sino también a la conexión entre esta serie y las otras tres que presiden la exposición.

Fotogramas sin título, (Untitled film stills), 1977-1980, es la serie que otorga a Cindy Sherman su reconocimiento internacional. La serie en blanco y negro muestra a Sherman en el cliché de mujer: en el rol de ama de casa, objeto sexual, diva o mujer de negocios segura de sí misma, etc… Los estereotipos que la mujer asume y se le otorgan. Las Imágenes repugnantes, (Disgust pictures) son representaciones de pesadilla: basura, comida podrida y vómito… tratadas en colores muy pálidos, evocan la sugestiva nostalgia de los Film Stills.

En un tono similar, las imágenes referidas al sexo están representadas en fotos en color de gran formato: muñecas dislocadas en poses diversas, acercamientos a un mundo de “porno duro” y violencia perversa. Las máscaras grotescas en las Imágenes de terror, (Horror pictures) están inspiradas en gran parte por el humor brutal de la película La Matanza de Texas. En su última serie, Sherman vuelve al autorretrato, pero ahora en una exageradísima y teatral forma, en la que evoca su apariencia como un grito desgarrado procedente de su anterior trabajo, los Film Stills.

El principio creativo de Sherman es, en palabras del crítico de arte Peter Schjeldahl, “una dialéctica ente fotografía y asesinato”, que materializa en imágenes de “una infalible intensidad psicológica”, a partir del dominio estructural de los instrumentos cinematográficos y pictóricos.

La artista conoce la definición de Norman Bryson del sujeto posmoderno: “un tejido de citas, una imbricación completa de imagen e identidad”. Desde este punto de vista se puede identificar el apropiacionismo y la recontextualización como dos de los principales recursos con los que crea sus ficciones fotográficas, como revela la serie Untitled Film Stills.

Sherman utiliza el disfraz y la máscara como un vehículo para introducirse en la vida íntima de unos personajes que ella misma crea, para hacer visibles las perversiones y miedos que los definen, su lado no público. Aunque sin considerarse una artista propiamente feminista, Sherman interpreta, revela y denuncia desde la reconstrucción los roles que la cultura masculina dominante ha asignado históricamente a la mujer y sobre los que ésta construye su identidad.