Free-lance curator/director based in Madrid, Spain, working either in public and private spaces since 1987
Kcho: La Columna infinita
- Comisaria: Alicia Chillida
- Asesores: Carmen Giménez, Manuel González
- Coordinación: Elena Fernández Manrique
- Montaje: Paloma Lasso de la Vega, arquitecta
- Lugar: Palacio de Cristal, MNCARS, Madrid, 2000
- Fotografía: Pedro M. Albornoz, Javier Campano, Luis Baylón
- Ver publicación


Kcho. La columna infinita. Alicia Chillida
La muestra reúne piezas de gran formato, esculturas e instalaciones, que giran alrededor del tema de La Columna Infinita. En clara alusión a la obra de Constantin Brancusi, las Columnas Infinitas de Kcho son iconos que, a través de la repetición de formas muy simples, alcanzan una monumentalidad sobrecogedora. Para esta ocasión el artista ha trabajado in situ en la construcción de dos obras específicamente concebidas para esta exposición: Como La Espuma y una versión de la pieza El Camino de la Nostalgia, 1994-99, que titula Ideas Mojadas, emplazada en el estanque frente al Palacio de Cristal.
Además, el autor ha creado específicamente para la muestra una serie de dibujos de gran formato que duplican la imagen de las obras, como en un espejo, y que establecen un diálogo entre dibujo y escultura.
El agua está siempre presente en la obra del autor, sus piezas se refieren al paisaje cubano y por lo tanto aluden al elemento más decisivo de la vida en la isla, el aislamiento marcado por el límite geográfico de la frontera del agua. Su trabajo evoca el viaje marítimo como territorio idóneo para la rememoración y la nostalgia. Kcho reflexiona sobre el fenómeno de la migración, tema a partir del cual realiza sus escenografías sobre el viaje, que finalmente acaban por hablar sobre la imposibilidad última de la huida de nuestra propia memoria, de nuestro destino y de nuestras raíces. Sus barcos varados en tierra son sólo una metáfora de un viaje imposible que, al igual que la escalera de La Peor de las Trampas, 1990, no conduce a ninguna parte.
Como material de trabajo, el artista utiliza frecuentemente objetos que recoge en sus paseos por la orilla del mar y por las calles de la ciudad de La Habana, trozos de madera, cuerda, ropa, vidrio y restos de pequeños naufragios, debidamente manipulados y ensamblados. Sus esculturas, que poseen un carácter marcadamente artesanal, investigan sobre la relación entre el arte, el paisaje y la cultura popular cubanas.
La doble circunstancia de la insularidad (Kcho nació en la isla de la Juventud, situada al sur de la isla madre de Cuba) ha marcado definitivamente la condición de “inmigrante” y “viajero” del artista. La idea de que nada es permanente y todo se transforma está presente en todo su trabajo, la obra A los ojos de la historia, 1995, una relectura de la pieza de Tatlin Monumento a la III Internacional, 1919-20, permanece, al igual que su modelo, como una metáfora de la utopía, arquitectura sin utilidad, que nos habla de un sentimiento de temporalidad, de una situación específica de la vida en la isla, como lo define Estrella de Diego: “el síndrome insular”, una cualidad provisional en permanente cambio y adaptación.